viernes, 4 de diciembre de 2009

La Espiritualidad y la Luz

Por qué es necesario conocer la espiritualidad? Porque el Señor es el que les ofrece el camino para encontrar la Luz. Esa Luz llega a ti por medio del sacrificio de la obediencia. Obediencia que todavía la humanidad no conoce, porque permanecen en oscuridad. En la oscuridad permanece la mentira. El peor pecado es la mentira. La mentira es la enemiga de la espiritualidad, porque por ella se cegó la humanidad. Por quién se recibió la mentira? Por aquel que todavía dirige al mundo. Aquel que fue arrojado a este mundo, y que nosotros fuimos arrojados con él. El que nos engañó y que todavía sigue engañando a la humanidad. La humanidad no ha recibido esa Luz, porque la humanidad en la oscuridad no puede conocer la espiritualidad. Cuando aprendemos a conocer la espiritualidad, entonces le damos seguimiento a nuestro espíritu. La espiritualidad nos enseña todas las cosas que son herencia del espíritu. Hay que conocer las cosas del Señor de las Alturas para poder recibir Luz, que es otra de de las herencias del espíritu.

La espiritualidad no significa frases bonitas, ni tampoco los sucesos a través de la biblia. La espiritualidad es la sanación para el alma del espíritu. Si no entra la sanación en el alma, entonces no está la verdadera espiritualidad. La sanación llega de un ser perfecto, y no de las impurezas de los hombres predicadores ( falsos profetas) La predicación tiene que llegar de la pureza, y todo el que aprende por otro ser humano no puede repartir pureza. El único que la puede ofrecer en ese espacio cósmico es nuestro Señor Jesucristo, único maestro. Su promesa está llegando tal como lo prometió. La espiritualidad entra en la conciencia del espíritu y no en el pensamiento humano.

Las interpretaciones son pensamientos humanos y no del espíritu. Vuelvo y repito, que la espiritualidad pertenece al espíritu. Por lo tanto se aprende en el espíritu las cosas que son del Altísimo. Nuestro espíritu no recibe acá en el plano terrenal las riquezas que son del espíritu, sino allá en el plano cósmico. Nuestro espíritu no sana su alma con conocimientos humanos que son simplemente enseñanzas de los acontecimientos que hubo en siglos pasados, sino que el alma sana con las enseñanzas de los tesoros que pertenecen al espíritu, su verdadera herencia, su origen, su creación. El espíritu cuando es perfecto tiene su Luz, y cuando regresa a su pureza puede iluminarse en su propia Luz, porque nosotros somos Luz.

Que sea iluminados todos, pero en el espíritu, amén.


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