Cuando la conciencia ha superado lo conocimientos que hay en el planeta Tierra, entonces ya no tiene necesidad de seguir viviendo en ella. Su alma anhela el cambio de morada hacia otra morada que esté al margen de su conciencia. Los conocimientos a los que siempre me refiero son a los conocimientos celestiales, o sea, a la sabiduría del espíritu.
Los temas que la mayoría de la humanidad habla todos los días, son sobre las cosas que están sucediendo en nuestros alrededores. Se habla de lo mismo diariamente, el mismo conocimiento del diario quehacer. Ejemplo: Enfermedades, maltratos, artistas, novelas, gordura, política, religiones, etc. También cuando sucede algo, como el cura o el pastor que lo señalen en ese momento por uno de sus malos hábitos, y ya el día siguiente lo han perdonado por engañar a sus feligreses. Todos esos son temas común y corriente.
Pero, cuándo hablan el tema de Dios, el Altísimo? Solamente lo oyen cuando van a una de sus cajas de cemento llamando casa de Dios, y creyendo todo lo que sus maestros carnales les hable. Ni siquiera se inquietan en saber con qué autoridad llegó ése, para que recibieran la verdadera alimentación del Altísimo. Sus feligreses entran y salen igual como entraron. Siguen así hasta el próximo encuentro que vuelvan a realizar en la misma forma, entonces vuelven otra vez a su diario vivir hasta otra oportunidad para lo mismo. También si alguien en algún momento menciona algún tema de Dios cuando es traído de los cielos, pues entonces hay silencio. Quiere decir, que no les importa seguir siendo engañados. Así siguen respirando hasta que les llegue la muerte, otra de las mentiras en la que han estado viviendo. Muy bien nuestro Señor sigue diciendo, que un ciego no puede guiar a otro ciego, porque los dos caen en el hoyo.
A Dios no se le conoce a través del hombre, sino a través del espíritu
Cuántos en la humanidad sabe sobre los misterios ocultos de los que nos habló nuestro Señor para aquellos tiempos? Ninguno, nadie sabe sobre esos misterios, porque no quedaron escritos en las santas escrituras. No era el tiempo para que nosotros entendiéramos. Cuáles eran esos misterios ocultos que no íbamos a poder entender en aquellos tiempos? Esos misterios son, sobre el origen de la Espiritualidad. Sobre la vida eterna que todos llevamos. El maligno nos mantuvo ciegos. Ciegos para que no supiéramos cuál fue nuestra desobediencia, y así mantenernos torpes y necios, porque eso es lo que somos cuando vivimos en tinieblas. Por eso es que han seguido naciendo y muriendo. !Gloria al Señor, que salí de las tinieblas! !Gloria al Señor, a ese maestro divino que me sacó de la oscuridad!
Aprendan hermanos míos, a conocer al Señor Dios de las Alturas a través del espíritu. Así aprenderán a recibir los mandamientos, porque dentro de esos mandamientos están los misterios ocultos de los que nos quiso enseñar el divino maestro, Jesucristo. Recuperen esa obediencia que necesita el espíritu. Este es el siglo para conocer los tesoros celestiales que guarda el espíritu de cada ser humano. Esos son los tesoros que nuestro Señor nos ofreció. Nuestro Señor no habló de tesoros materiales, sino los tesoros celestiales. Aquellos que pertenecen al espíritu.
EL misterio del reino debe ser conocido
Escrito está así en la biblia. San Lucas 8 vers. 17 y 18. Dice así: Pues nada hay oculto que no haya de descubrirse, ni secreto que no haya de conocerse y salir a la Luz. Mirad, como escucháis, porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que le parece tener se le quitará. Yo les pregunto ahora. Cuáles eran esos misterios del reino que es necesario que conozcamos? Hermanos, volver a nuestra verdadera creación para reconocer el origen de nuestro espíritu. Saber que se recibe a nuestro Señor en el espíritu, aun viviendo en el cuerpo físico. Y que es la conciencia única, la que recibe los conocimientos celestiales, porque el espíritu es el que puede deslizarse y viajar a las dimensiones cósmicas. Que la conciencia es el factor principal, pertenencia del espíritu. Que es necesario que el espíritu esté en su estado perfecto, para volver a recibir al maestro, Jesucristo. Solamente en espíritu es como se recibe al maestro para la sanación de su alma.
Hermanos, esa es la nueva doctrina, que un día no quisieron recibir los que que hoy siguen siendo los falsos profetas. Dejen las historietas terrenales que ya es letra muerta, y entren en la Espiritualidad. Que sean bendecidos todos por el Espíritu Santo, amén.
viernes, 5 de marzo de 2010
La Superación de la Conciencia
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