Cuando mi familia carnal decía que yo estaba poniéndome loca, según ellos, sin ellos saber lo que me estaba ocurriendo, pues cuando logré combatir lo que me acechaba, ninguno de ellos me preguntó cómo lo logré. Era más fácil para ellos criticarme por lo que ellos llamaban locura, que saber quién hizo el milagro de curarme. Hoy 28 años al servicio del Señor Dios de las Alturas, y aún ninguno me ha preguntado quién fue el que me sacó de esa persecución en esos ocho meses de martirio. Están todavía tan ciegos que no se han dado cuenta de mi cambio de conciencia. Piensan que sigo siendo la que era y no han cuestionado mi verdadera sanación. Sin embago que rápido les llegó el juzgar sin saber lo que me estaba ocurriendo. Esto es una corta información sobre mi persona en aquel tiempo de tensión.
Hermanos míos, vivir con el pensamiento de la mente sin antes cuestionarlo con la conciencia, eso es oscuridad interna, o sea, oscuridad en el espíritu. Es necesario aprender a vivir por la conciencia despierta para que no sigan con la oscuridad en el espíritu.
Corto mensaje, y con mucho cariño para aquellos que están luchando por encontrar esa bendita verdad, y que simplemente está interna en el espíritu. Aprendan a caminar en el espacio sin la necesidad de alas, porque lo único que se necesita es la pureza del espíritu. La santidad para el espíritu únicamente está en el alma en cada uno de nosotros,
Amén.
teresa (teremyr@gmail.com)
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