sábado, 24 de octubre de 2009

Mandamientos para la vida del cuerpo, y mandamientos para la vida del espíritu

Los mandamientos que se ha conocido en el mundo, solamente sirven para instruir en los planetas primitivos, como ejemplo, el planeta Tierra. Sirven solamente para la obediencia en los seres imperfectos. Cuando el espíritu se separa al finalizar la vida del cuerpo humano, entonces necesita conocer los mandamientos que pertenecen al espíritu. Ya esos otros mandamientos externos que son mandamientos terrenales, no son necesidad para el espíritu. Cuando regresamos al reino, o a mundos evolucionados, eso es según en el estado de conciencia en la que se encuentren, comprendemos entonces que ya no se pueden aplicar esos mandamientos, porque ya no son necesarios. En las moradas evolucionadas solamente se ejerce seguimientos de pureza para el espíritu. El espíritu tiene que estar en un estado de conciencia perfecta para poder continuar hacia la pureza. Las moradas perfeccionadas, sus habitantes son perfectos para así continuar hacia el origen del reino celestial donde seremos totalmente todos purificados. Cuántos de ustedes han recibido ese consolador que nos ofreció nuestro Padre celestial a través de Jesucristo?

Los llamados extraterrestres ya están enviando mensajes a través de seres divinos para el recogimiento de este planeta Tierra. Ellos trabajan unidos con los seres divinos para la preparación de los elegidos en el planeta. Es necesario que miren hacia el espacio y escuchen y digan presente, para que reciban las grandes nuevas que están llegando tal como lo anunció nuestro Señor Jesucristo. Él ha sido siempre el Dios que nuestro Padre celestial quiere que dirija este planeta Tierra en su debido tiempo. Dios es aquel que dirige un mundo evolucionado. Nuestro Señor Jesucristo será nuestro Dios para el planeta Tierra, y no habrá entrada jamás para el príncipe del mundo como lo ha estado desde la fundación de este mundo, que fue hecho para el diablo y sus ángeles. Cuando digo, para la fundación del mundo que fue hecho para el diablo y sus ángeles, estoy diciendo las palabras tal como lo dice las santas escrituras. El príncipe de este mundo tendrá que dejar este lugar que será para los seres perfectos.

Yo sé que la verdad no es muy acogida por la mayor parte de la humanidad. Pero la necesidad de mi conciencia es agradar a mi Padre celestial en los cielos. En algún momento la humanidad me lo agradecerá en uno de esos viajes fuera del cuerpo, o quizás en el momento del cambio de su morada.

Que estén todos siendo bendecidos en ese amor a Cristo Jesús, amén.


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