Hermanos, si la humanidad quiere crecer en el espíritu, pues, tienen que olvidarse de las enseñanzas de acá en la Tierra, porque ellas no son espirituales, ni son del Dios de las Alturas. También quiero que comprendan que el Dios de las Alturas envía mensajes de aviso cuando va a surgir cambios para el planeta Tierra. Y como les dije anteriormente, el Señor nos prepara recibiendo primeramente la disciplina de la obediencia celestial que perdió. Yo quiero que aprendan cómo recibir al Dios de las Alturas, para que él mismo deposite a ese consolador espiritual que les prometió. Por eso es necesario que sientan el deseo de recibir, porque el Señor de las Alturas quiere ver el deseo en ustedes querer recibirlo. Él quiere que todos sepan que no están encarnados solamente para multiplicarse. El tiempo de Moisés pasó hace siglos, y no pueden seguir tomando leche como niños recién nacidos. Así dice el Señor. Nuestro Señor tampoco quiere que sean maestros, sino orientadores (discípulos) porque solamente hay un maestro, nuestro Señor Jesucristo, y él está en el plano cósmico.
Nuestro Señor Jesús De Nazareno ha querido siempre que sepan que nuestro espíritu es el que se educa en el espacio, para que recuperen la iluminación en el espíritu. Por eso es necesario para este tiempo que vivan bajo los conocimientos que pertenecen a la vida eterna que lleva el espíritu. Que conozcan los mandamientos que son leyes que solamente dirige al espíritu, y así puedan regresar al reino celestial. Nosotros todos somos nacidos por el espíritu, y a ese reino celestial todos tenemos que regresar para participar de todo el universo. Por eso es necesario recuperar los mandamientos que pertenecen al espíritu. Tienen que aprender de raíz lo que nos da felicidad en esa vida eterna que todos llevamos. Recuperar lo que perdimos en un momento de desobediencia, y que fue la perdida en realidad de saber quién somos nosotros.
Se tiene que reconocer que si se sigue viviendo con pensamientos carnales, entonces seguirán muriendo, o sea, en tinieblas. La muerte es tinieblas, y las tinieblas es oscuridad, y la oscuridad es desconocimientos del ser interno. Seguirán reencarnando, y seguirán viviendo en mundos primitivos (imperfectos) como lo está por el momento el planeta Tierra. Es necesario que le den seguimiento al espíritu, o sea, a tu ser interno, que es tu espíritu. Que recuperen la iluminación en la que fuimos todos creados, porque todos nosotros somos Luz en el espíritu. No pueden seguir viviendo bajo los pensamientos carnales. Si viven bajo los pensamientos espirituales que son los conocimientos del origen de nuestro espíritu, entonces vivirán en todos esos mundos de felicidad del universo.
No pueden seguir con los mandamientos que eran solamente para el mundo de la vida de nuestro cuerpo. En esos mandamientos de los hombres en la Tierra, quien juzga es la justicia del hombre, pero los mandamientos del espíritu, es el Creador quien hace justicia, y esos mandamientos son espirituales porque son para la obediencia del espíritu. Nuestro espíritu perdió todo conocimiento que concierne al espíritu en esa desobediencia.
Es muy importante que la humanidad conozca que hay unas leyes cósmicas que son las que concierne a la vida del espíritu. Cuando nos despojamos de nuestro cuerpo externo es cuando comenzamos a conocer esas leyes. Ejemplo: Las leyes de la Tierra son, no matar( entre comilla) no robar, no mentir, no odiar, no envidiar, venganza, orgullo y otros más que ya conocemos. Todo eso es conducta para obedecer en el planeta Tierra. Y son cualidades para ser bueno. Las leyes para el espíritu son las que lleva en su alma sin limite de defectos. El espíritu en su mundo invisible no tiene necesidad de matar porque no tiene a quién matar. Tampoco tiene que robar porque lo que robe no le serviría de nada. Tampoco tiene la necesidad de ser bueno porque en el mundo invisible tú escoges el camino. Solamente depende del individuo cómo quiere vivir, si en un mundo de infelicidad, o en un mundo de felicidad. En un mundo de felicidad, el espíritu tiene que ser perfecto, o sea, sin defectos. Lo que quiero explicar es, que no basta con ser bueno para entrar al reino, sino que hay que estar perfecto. Las leyes cósmicas no permiten defectos para entrar a ellas. El mundo invisible tiene sus leyes, que son para el espíritu.
Es necesario la limpieza directa para la sanación del alma, porque el alma es propiedad del espíritu, y el espíritu para poder sanar necesita la limpieza cósmica. Acá en el plano terrestre no conocen ese tipo de limpieza, la limpieza interna. Tiene que ser un ser que pueda ver tu alma para conocer tus males. Nuestro Señor nos trajo la salvación en su llegada. Su salvación era que conociéramos dónde estaba la sanación. Él siempre ha querido que nos conociéramos como lo que somos, espíritus encarnados. Y que todos somos espíritus. Y por eso todos somos hermanos. Y yo los amo a todos por el espíritu.
Que sean bendecidos todos en el plano cósmico. Que así sea Señor, amén.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Las conciencias aún siguen dormidas
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