miércoles, 15 de julio de 2009

Continuación de mi testimonio

Mi despertar
No hay predicador en el planeta Tierra que pueda enseñar los verdaderos valores celestiales. Esos valores son herencia del espíritu y solamente llegan desde el cosmos. Así será como aprenderán a conocer y obedecer las leyes celestiales, desde el cosmos. Una vez que aprendan a recibir la sabiduría celestial en el espíritu, entonces podrán soportar las tribulaciones que vendrán del deterioro en el planeta Tierra. Cuando un país carece de entendimiento debe escudriñar para saber qué está sucediendo. La humanidad está dormida y necesita ese despertar, porque el tiempo de aquellos dos tiempos ya se está agotando. Yo estoy llevando ''Luz'' en aquellos desencarnados que están diciendo presente. Aún en aquellos que están dejando sus cuerpos recientemente. He recibido la alimentación que todos hemos necesitado para la sanación del alma. Los que no dicen presente es porque no quieren despertar de sus egoísmos internos. En aquellos encarnados también fuera del cuerpo les doy del alimento aunque la mayoría no digan presente.
También quiero que sepan que cuando somos hijos de la ''Luz'' del mundo, vivimos en el mundo, pero no somos del mundo. Ya no hay más interes en el mundo para los hijos de la Luz. Solamente servirle al Altísimo como él mismo nos ha enseñado los mandamientos a seguir, que son los mandamientos que corresponde a nuestro espíritu. Por eso es necesario la verdadera conducta en el espíritu para la sanación en el alma. Ahora muy bien les digo, lo que no se conoce no se debe tratar de dar a conocer. Hay que conocer lo que se habla para poder dar testimonio de lo que se dice. Lo que se lee y se interpreta con nuestro pensamiento estando nuestro pensamiento en malas condiciones moralmente, pues, esas interpretaciones sacadas de la letra no puede ser verdades, porque el pensamiento imperfecto no pueden dar a conocer las cosas del Dios de las Alturas, porque un ser perfecto es el que tiene la autoridad para hablar sobre las cosas celestiales. Las cosas del Dios de las Alturas solamente es él el que las conoce. Por eso ninguno de ustedes pueden ser llevados al reino de los cielos a través de la letra. La lectura no puede dar Luz, sino que es el espíritu quien recoge esa Luz celestial, cósmicamente. Vuelvo y repito que la purificación en el espíritu del hombre se recibe en el cosmos. Muy bien escrito está que la letra es muerte, o sea, un espíritu sin los conocimientos celestiales es un espíritu en tinieblas. Un espíritu en tinieblas quiere decir, un espíritu sin luz celestial. También les digo que la pobreza peor es la pobreza del espíritu. Sin embargo la pobreza del espíritu no tiene importancia para la humanidad terrenal. La humanidad aún no conoce la pobreza del espíritu. Tampoco la humanidad sabe que tienen la necesidad de salir de esa pobreza en el espíritu para que puedan llevar consigo el tesoro del espíritu en esa separación de su cuerpo físico cuando les llegue el momento. El espíritu cuando sale de ese árbol frondoso de sombra y camina hacia la Luz, entonces puede decir, ¡aleluya, gloria al Señor Dios de las Alturas! Ya el espíritu reconoce el verdadero camino, estrecho pero seguro.
Que sean bendecidos todos con el rocío de esas energías divinas que están llegando desde el plano cósmico.
Amén.

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