La Promesa de nuestro Señor, el de las Alturas
Quiere que comiencen a conocer el estado de conciencia en la que se encuentran. Eso es lo primero que él quiere que comprendan. Que se preparen para aprender el lenguaje del espíritu, para que conozcan los mandamientos que tiene que conocer el espíritu del hombre antes de su cambio de morada, porque está llegando el recogimiento tal como se los prometió. Aprenderán a recibir por el espíritu para que práctiquen esos mnadamientos que pertenecen al espíritu. Serán bautizados en el espíritu, y para eso necesitan conocer los mandamientos que pertenecen al espíritu. Recibirán su propia ''Luz''. Aquella que fue puesta en la creación de tu espíritu, y para que puedan salir de ese aturdimiento de no poder reconocer el origen espiritual en cada uno de ustedes. Nosotros todos somos Luz porque a través de su Luz fuimos creados. Una vez que digan presente y conozcan los mandamientos a través de un trascurso de preparación, entonces recibirán la sabiduría del espíritu, y recibirán también el consolador que nos prometió nuestro Señor Jesucristo en el nombre de nuestro Padre celestial. Ya no habrá necesidad de predicadores carnales, sino un solo maestro, nuestro Señor Jesucristo. Tal como él mismo lo predicó. San Mateo 23 versículo 8. Les digo el versículo para los que no han leído la biblia.
El mandamiento principal es la perfección en el espíritu del hombre, y para así pueda sanar su alma. Pero, la humanidad necesita un maestro puro para que pueda sanar el alma. Un ser imperfecto no puerde dar sanación, por eso es necesario recibir al Gran Maestro, a nuestro Señor Jesucristo con sus santos discípulos. El camino que la humanidad siempre ha escogido ha sido el camino ancho, que es el camino fácil de caminar. Pero, el camino para la sanación del alma es difícil de caminar. La humanidad prefirió las tribulaciones eternas a cambio de la felicidad eterna. (Tribulaciones eternas son las rencarnaciones que hemos vivido de existencias en existencias) Fue culpa de los predicadores carnales de todos los siglos y siglos. Todavía ni siquiera saben a quién le sirven. Continuaron las mentiras porque aún siguen alabando al príncipe del mundo. Yo puedo comprobar que satanás existe, porque no es lo mismo maldecirlo como verlo llegar. También puedo decir con hechos dónde se encuentra en el planeta Tierra. Puedo comprobar cómo dirige al mundo sin que nadie pueda reconocerlo. Yo sé que mis palabras son fuertes, pero, por no querer aceptar la verdad única, pusimos a nuestro Señor Dios de las Alturas en una cruz.
Nuestro Señor está más cerca cada día en su venida. Y solamente un ser perfecto puede dar testimonios de las cosas que llegarán, y que el deterioro del planeta va cada día peor sus habitantes por la razón que satanás sabe que se le está haciendo tarde, y está luchando fuertemente contra el bien de la humanidad. La lucha es invisible y la humanidad sigue caminando por el camino ancho por no querer escuchar lo que está llegando desde los cielos. Ese Divino Templo que todos tenemos en ese universo, y muy pocos son los que quieren mirar. La humanidad no presta atención ni a la naturaleza que está manifestando el cambio para el planeta. Satanás mantiene ocupados a los habitantes de la Tierra para que continuen en ese camino ancho donde no existe las inquietudes del espíritu, para la sanación de su alma. La mayoría de la humanidad viven con el egoísmo de los tesoros terrenales. Lo mismo hacía satanás con nuestro Señor Jesucristo cuando lo llevaba al pináculo y desde ahí le ofrecía a nuestro Señor parte de su tesoro si él lo idolatraba. Yo sé cuáles eran los tesoros que satanás le ofrecía por eso lo llevaba a esos pináculos. Ahora a ustedes depende conocer cuál es ese camino ancho.
Nuestro Señor viene a derribar esas columnas. No luchen con mantener escondida esa verdad porque es necesario que todo sea descubierto.
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