martes, 7 de julio de 2009

El Renacimiento de la Espiritualidad hacia la verdadera edificación del templo

Introducción
Yo doy testimonio de la ''Nueva Ley" que será implantada en el planeta Tierra. La ley es la perfección y mi espíritu da testimonio de esa nueva ley. En esa nueva ley estará la futura modificación en el comportamiento en el ser humano. La nueva ley será la "Perfección'' y de ella doy testimonio. El planeta Tierra está girando hacia esa nueva ley por sus nuevos futuros habitantes. Cada día el planeta se deteriora más porque está llegando ese cambio. Las fuerzas negativas del enemigo le están haciendo la guerra a los justos. La mayoría de los habitantes del planeta Tierra no concuerdan con las energías que están llegando para implantar esas nuevas leyes. Nuevas porque no fueron aceptadas por el materialismo en siglos pasados. Esas leyes siempre estuvieron presente, pero nunca fueron practicadas, sino condenadas. Ahora se está modificando la conducta del ser humano a través de su propio espíritu para que lleguen al verdadero estado de obediencia. Ese es el principal factor de estas enseñanzas que he recibido.
Quiero que sepan hermanos míos, que el espíritu se cultiva en la misma forma como se cuida una orquídea. Así que podrán observar qué cuidado tiene que tener el espíritu del hombre para no ser tentado a los males del alma. Todo tipos de males que arrastra el alma hasta el más pequeño que aparente ser, es tinieblas para el espíritu del hombre, porque no deja ver la sabiduría que está dentro de todos nosotros. A la mayoría de los hermanos en el planeta Tierra los arropa las tinieblas por culpa de esos males que cargamos en nuestro espíritu, y que es nuestra verdadera iglesia. Con todos estos males el enemigo del Espíritu Santo se aprovecha y destruye manteniendo al espíritu del hombre en esas tinieblas. No le permite que vea su ''Luz'' para la evolución de su espíritu. Eso sucede tanto en el espíritu encarnado como en muchos de aquellos desencarnados.
Hermanos, se vive en el mundo sin los verdaderos conocimientos celestiales. Así mismo están viviendo aquellos que han dejado el suelo visible, y así están muchos de ellos en la búsqueda de ese tesoro interno, que es la sabiduría del espíritu. La sabiduría es solamente herencia del espíritu. Más adelante hablaré de los tesoros que guarda el espíritu cuando está en su estado perfecto.
Les escribe una humilde sierva que se alimenta celestialmente del Divino plano cósmico.
M. Teresa Latorre

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