Quien aprende las enseñanzas humanamente, no son enseñanzas enviadas del Altísimo. Por eso el velo de la cortina se corre en los que reciben a los santos divinos haciendo la voluntad del Creador. Esa libertad a la que siempre me refiero, no es la voluntad que la humanidad ha conocido y ha aceptado, o sea, no a la voluntad de los predicadores, sino a los conocimientos de obediencia que tiene que aprender el ser interno. Las obediencias carnales ya las conocemos, sino la obediencia que tiene que conocer el espíritu, para que luego de la separación del cuepor externo, sepa practicarlo en su mundo interno. Esa obdiencia es la que se aprende cuando estamos en el descanso del cuerpo físico cuando estamos enducándonos en el espíritu. Todo eso se reconoce cuando dejamos de vivir por las falsas enseñanzas que nos tenían acostumbrados los falsos predicadores que en todos los tiempos han querido mantener. Cuando se trata de aprender los conocimientos de Cristo estando en el cuerpo físico, o sea, a través del materialismo, eso nos mantiene tardos y aturdidos. Y no se reconoce nada que pueda ayudar a esa vida eterna que nos enseñó nuestro Señor Jesucristo.
El materialismo enseña que el mal de la humanidad está en el comportamiento del ser humano. El mal no está en el cuerpo físico. Si un ser humano refleja un comportamiento bueno en un momento dado, el materialismo aplaude ese comportamiento, y lo conceptua ''un ser ejemplar''. Pero, no comprenden que ese comportamiento le puede durar poco en otro momento. Entonces al perder ese comportamiento eso refleja otra señal de conducta. Por eso nuestro Señor Jesucristo, ese gran maestro, me enseña que ser bueno no es suficiente, sino que tenemos que entrar en la perfección. Perfeccionándonos recogemos toda la belleza del espíritu. En aquellos tiempos, nuestro Señor nos enseñaba el camino que nos conducía a ese estado de conciencia. Qué ocurrió con las enseñanzas del evangelio de nuestro Señor Jesucristo? Rehusaron creer en nuestro Señor Jesucristo. Tropezaron en su palabra. Quiénes han sido siempre los que han rechazado su enseñanza? El materialismo que sigue tropezando en ella. Tropiezan porque no creen en lo espiritual. Porque no creen en los espíritus. Sin embargo, hermanos míos, el Dios de las Alturas, él es espíritu, y nosotros a su semejanza. Las religiones no son espirituales como dicen que lo son. Cuál es la espiritualidad de la que ellos hablan? Qué otra espiritualidad existe que no sea la del espíritu? No es el reino celestial un reino inmaterial? Nuestro Señor sigue diciendo: Bienaventurados los que sufren porque ésos verán a Dios. Y yo le añado: Bienaventurado el que sufre el martirio de la verdadera predicación, porque ése le será grato a Dios. Creen ustedes que estamos ya en el tiempo indicado?
Que ese rocío de energías divinas que están llegando al planeta Tierra, llene las almas de frutos celestiales, y que el espíritu en toda su conciencia pueda recoger la iluminación que en un momento perdió. Eso os pido, Señor.
Amén.
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