jueves, 10 de septiembre de 2009

Hablemos un poco sobre los llamados milagros

No venimos al mundo para hacer milagros. Escrito está que el último milagro fue el de Jonás. Y que después de eso no iba a ver ningún otro. También Jesús nos trajo la salvación cuando vino entre nosotros, por eso no tenemos la necesidad de la salvación, pero sí la necesidad de la sanación. La sanación en el alma del espíritu es lo que se necesita, y el único que puede sanar el alma es el maestro, Jesucristo. Si el Dios de las Alturas hace de tu espíritu, un espíritu perfecto, entonces yo les pregunto. No es eso un milagro? Es uno de los milagros más grande de todos los milagros. Para este recogimiento será uno de los mayores milagros. Será una de las obras últimas que está haciendo nuestro Señor Jesucristo, para completar el último llamado que nuestro Creador nos está haciendo a través del Espíritu Santo.
También están por ahí hablando de la sabiduría. De qué sabiduría están hablando? Un hombre que no tiene Luz divina no puede tener sabiduría celestial. La sabiduría celestial es por un proceso bien profundo que se recibe de ese único maestro, Jesucristo. Y ese despertar en esa Luz es para anunciar los cambios que surgirán en el planeta Tierra. Nuestro Señor hace el llamado en aquellos que a través en sus distintas existencias logran vencer (atar) al príncipe del mundo. Hermanos, para servirle al Dios de las Alturas primero tienen que conocer el mundo en el que viven. Para llevar lo que el Señor Dios de las Alturas te da para anunciar, tienen que conocer las cosas que son de él, o sea, las celestiales. Para traer la sanación en los seres vivientes en este mundo, hay que conocer el deterioro en el que se encuentra el mundo, y el por qué cada día va más en su deterioro.
El Dios que yo conozco me ha preparado con una visión de conocimientos para que pueda reconocer los males que azotan a los seres en el planeta Tierra. El seguimiento que llevo en el amor a Cristo, no es común ni corriente. Muy bien me lo dijo mi maestro al principio cuando no comprendía lo que me estaba sucediendo. Yo recibí un evangelio y ese evangelio es verdadero. Verdadero porque lo recibí de los cielos (espacio cósmico). Hoy no solamente doy gracias al Creador, sino que sigo haciendo su voluntad, pero la voluntad que solamente la aprendí en el cosmos. El dios de la Tierra, que es el príncipe de este mundo, los condena a pensar que tienen un sola vida, para contradecir el evangelio de Jesucristo. El príncipe de este mundo les quitó toda la esperanza de vida eterna, porque no podemos morir y ser eternos a la vez. El príncipe de este mundo logró que destruyeran el evangelio de la verdadera vida eterna para que perdieran las esperanzas de recuperar lo que es en relidad la vida eterna, y saber dónde se encuentra.
La mayoría de los habitantes de este planeta se dedican a vivir la buena vida, y otros por no conocer lo que hay más allá, entonces se consumen y acaban con el cuerpo que es el vehículo del espíritu. Luego cuando se dan cuenta que son eternos, y que la verdadera vida continúa, entonces en este mismo mundo siguen viviendo invisiblemente, pero con los sufrimientos de no haber logrado cosechar la alimentación para su espíritu. Entonces, tiene que regresar a la misma tarea.
Yo les pregunto. Dónde está el príncipe de este mundo escondido? Hermanos, en todas las esquinas de este mundo. Tiene a la mayoría de la humanidad aturdida hace siglos y siglos. El príncipe de este mundo que el ''materialismo le llama el anticristo", siempre ha estado aquí en el planeta Tierra con nosotros. Él nunca se fue. Él siempre ha permanecido aquí. Él ha sido el profeta de los ángeles caídos, que hemos sido todos nosotros desde la fundación de este mundo que fue hecho para los ángeles caídos y su profeta. No se puede seguir viviendo juzgando y condenando, sino que ''este es el tiempo de sanar''. No somos quienes para condenar, vuelvo y repito, porque nosotros somos aquellos ángeles caídos.

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