Si les dijera que no soy común y corriente, pensarían que no estoy muy bien mentalmente. Lo digo en esa forma porque los seres humanos tienen costumbre rápido de juzgar sin recibir totalmente el contenido del mensaje. Y si les digo que soy perfecta en el espíritu, por supuesto peor sería la opinión. Pero eso es así. Así soy desde que recibí del cosmos a través del Espíritu Santo en mi espíritu los conocimientos celestiales correctos. Los conocimientos celestiales llegan desde el cosmos. Y aprendemos ser perfectos por seres que son los que están en el plano astral cósmico. No son seres espirituales, sino seres celestiales. Seres en una elevación moral en todos los sentidos de la palabra. Ésos, son los que pueden instruirnos en la moral, porque ésos, son los que tienen la pureza para ofrecer la salud para esa sanación que necesita el alma, para la recuperación de su energía. Así es como se sale de la oscuridad. Las tinieblas es la causante de la oscuridad en el espíritu. No busquen las tinieblas en otro mundo porque ellas están dentro de ti mismo. No existen mundos de tinieblas. No permitan ser engañados otra vez por el príncipe de este mundo.
A los seres terrenales se les hace imposible creer que se pueda ser perfecto porque con las enseñanzas de los predicadores carnales, sí es imposible lograr la perfección porque los predicadores carnales son imperfectos, y para lograr la perfección tiene que ser con un maestro perfecto y eso no lo hay en el planeta Tierra. Entonces es necesario recibir a un maestro perfecto, para que se pueda aprender ser perfecto. Por eso nuestro Señor decía y sigue diciendo que uno solamente es el maestro, nuestro Señor Jesucristo y su cuerpo celeste.
Hermanos míos, a veces el más desnudo de nosotros puede que sea el más radiante en Luz. Y la Luz se refleja en la pureza del espíritu. No busquen la pureza del alma en vistuarios de los seres humanos, sino en la pureza del espíritu.
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